lunes, 21 de marzo de 2011

Si visita hoy el histórico Farmer’s Market del área de Fairfax se encontrará con un nuevo restaurante español, que lleva el nombre de Little Spain, y cuya comida es rica, auténtica y barata. Su propietario, el chef Alejandro Pagés, creó para los visitantes de la plaza un menú simple, pero perfecto tanto en sabor, porción y precio.

Si visita hoy el histórico Farmer’s Market del área de Fairfax se encontrará con un nuevo restaurante español, que lleva el nombre de Little Spain, y cuya comida es rica, auténtica y barata.
Su propietario, el chef Alejandro Pagés, creó para los visitantes de la plaza un menú simple, pero perfecto tanto en sabor, porción y precio.
Como todos los locales del Farmer’s Market, el restaurante es sencillo, pero a diferencia de otros tiene un patio en su parte trasera con vista hacia la Calle Tercera.
Nada de lujo, pero las mesas del lugar están decoradas con un clavel rojo, que alegra y transporta al comensal a sentir la fuerza y la pasión de la danza flamenca española.
"Por el momento la decoración es sencilla, porque desde antes de abrir nuestras puertas, hace más de tres meses, he estado luchando con las regulaciones del lugar para hacer del patio de Little Spain todo una bar de tapas", dice el reconocido chef catalán, cuya formación culinaria es innata: proviene de una familia de tres generaciones dedicadas al negocio de la hostelería en Barcelona, Madrid y otras ciudades principales de España.
Para comodidad de la clientela, el chef ha decorado el patio con lámparas de pie que expiden calor en el invierno y cortinas de plástico para "amparar el lugar de la brisa, el frío o los rayos del sol", dice.
El chef Pagés, que es el primer miembro de su familia en abrir un restaurante fuera de la Península Ibérica, creó para sus comensales un menú que ofrece, entre otros platos, la tradicional tortilla de patatas (o papas) que está presente en todos los hogares españoles.
Para quienes gustan de la comida de mar, hay calamares empanizados, cocinados en su punto, ya que el cocinero no usa filete de calamar pequeño sino del grande cortado en tiras en vez de anillos.
Y, obviamente, en el menú no pudo faltar la paella que, según el chef, es "la mejor que se puede conseguir en Los Ángeles, porque no cometo el pecado de prepararla en agua".
"El arroz de la paella de Little Spain se cocina con un caldo concentrado de langosta, cangrejo, pescado, calamar y otros mariscos", dice el cocinero, que en su mesa ofrece más que todo platillos tradicionales de la comida catalana, vasca y española en general.
Los amantes de la carne pueden solicitar en el nuevo restaurante albóndigas en salsa roja, que vienen acompañadas con rodajas de pan francés para mojarlas con la rica salsa sin resultar excesivas en el contenido de grasas.
El chef ha creado para los vegetarianos una paella vegetariana y una tortilla original de calabacita italina así como un plato de deliciosos quesos españoles.
De aperitivo, el comensal puede ordenar entre otros platos típico, choricitos al vino, aceitunas españolas rellenas con pimiento rojo y champiñones salteados con ajo y perejil, cuya porción es bastante generosa y alcanza para dos.
En Little Spain se pueden comer también patatas bravas o croquetas de cangrejo, jamón o pollo, preparadas con salsa bechamel, que son una delicia al paladar por su blandura.
Las croquetas, que tienen un costo de menos de 5 dólares, vienen acompañadas con papas fritas y una porción de salsa de romesco, que se hace con una base de pimientos rojos y almendras, y la típica salsa blanca alioli, que se prepara con ajo y aceite.
"Uno de los grandes retos que he tenido es conseguir en Los Ángeles los ingredientes que me dan el sabor auténtico de la comida auténtica española, por eso, muchos de los ingredientes los estoy importando directamente de España", denota Pagés, quien hace más de dos años emigró a la ciudad angelina de donde es originalmente su esposa.
Otros de los retos ha sido bajarle un poco a la sal que usa en su cocina, ya que el paladar de los estadounidenses es menos salado que el español.
A la fecha, los platillos más populares del lugar son la paella y las croquetas de cangrejo.
El precio de paella, según sus ingredientes, va de diez a 12 dólares. La porción es realmente buena para el precio.
De postre se puede ordenar desde queso con almíbar hasta el tradicional flan.
Por exigencia administrativa del Farmer’s Market, Pagés ha montado en su establecimiento un pequeño supermercado que ofrece chorizos, embutidos, arroz para paella y otros productos de la gastronomía española.
"Little Spain ha sido un proyecto muy emocionante para mí. Pero no me puedo quejar porque lo emprendí con suerte", comparte el chef. "Compañías como McDonald’s estaban detrás del local y que me lo han dado a mí. Y llevo trabajando en él más un año, contando los meses antes de su apertura".

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