DONÍS MARTÍ Equipos tan variopintos como el Team Switzerland o el QMMF Maquinza de Catar son algunos de sus clientes esta temporada. En las carreras desde 1980 ha visto pasar por el Mundial a grandes campeones de diversas épocas, de los que guarda grandes recuerdos. Antaño con Aspar y ahora
Paco, normalmente relacionamos el mundo de las carreras a motos, mecánicos y pilotos. ¿Qué hace un cocinero en las carreras?
Ofrecemos un servicio que cada día es más importante en el mundo de las carreras. Disponemos de un camión preparado para albergar a más de cien personas. Es una de las cosas que no se ven por televisión, pero que también tienen mucha importancia. Aquí es donde más tiempo pasan los patrocinadores e invitados de los equipos. Intentamos tratar a la gente lo mejor posible, sean quienes sean.
¿Con qué equipos trabajáis esta temporada?
Con el de la Federación Catarí y con el equipo de Suiza. Cada uno tiene sus peculiaridades porque son culturas diferentes. La mayoría de los integrantes del equipo Catarí son españoles, pero cuando vienen los dueños del equipo tenemos que hacerles cosas especiales. Los suizos son bastante normales en lo que a los gustos se refiere pero los horarios cambian bastante. Estamos muy contentos de trabajar con estos dos equipos.
¿El negocio es familiar?
Sí, trabajamos mi mujer y yo, además de varios ayudantes: en total somos siete. Mi mujer también está vinculada al mundo de las carreras desde hace muchos años, incluso mi hijo que está estudiando se acerca a ayudarnos cuando tiene vacaciones en la escuela. Mi hermano Jose lo subió al podio cuando mi hijo solo tenía unos meses, por lo que también ha vivido el mundo de la competición desde pequeño.
¿Tu familia también ha estado vinculada al mundo de las motos?
Todo viene por ahí. Mi hermano también ha corrido, incluso yo durante quince años. Pero era otra época en la que yo, por ejemplo, regentaba un bar e iba a las carreras (a veces) sin haber disputado los entrenamientos porque no me daba tiempo; terminaba la carrera y volvía al bar porque el domingo por la tarde abríamos.
Y de ahí al Mundial, ¿cómo?
Tenía relación con Quique Peris que ya llevaba algunos años en el equipo de Aspar. Montaron el primer camión para el catering y me lo ofrecieron porque sabían que yo tenía experiencia en la restauración. Yo quería ser mecánico de las motos, pero hacía falta algo de experiencia y demás que yo no tenía y me quedé como responsable del hospital y del equipo Aspar
¿Cuántos fines de semana trabajáis?
Muchos. Te puedo decir que descansamos no más de diez fines de semana al año. No solo estamos aquí: también atendemos al Campeonato de España, la Cuna de Campeones, escuelas de conducción... es un trabajo sacrificado que requiere de muchas horas.
¿Cuál es el lugar más extraño donde has montado el catering?
Me fue muy curioso las primeras veces que fuimos a China porque es un sitio donde a los europeos no nos dejan conducir, donde no te entiendes ni con el idioma ni con la escritura... pero también recuerdo hacer una paella en la República Checa porque en nuestro catering todos los domingos comemos paellas, estemos donde estemos, cosa que los invitados agradecen.
Paco, normalmente relacionamos el mundo de las carreras a motos, mecánicos y pilotos. ¿Qué hace un cocinero en las carreras?
Ofrecemos un servicio que cada día es más importante en el mundo de las carreras. Disponemos de un camión preparado para albergar a más de cien personas. Es una de las cosas que no se ven por televisión, pero que también tienen mucha importancia. Aquí es donde más tiempo pasan los patrocinadores e invitados de los equipos. Intentamos tratar a la gente lo mejor posible, sean quienes sean.
¿Con qué equipos trabajáis esta temporada?
Con el de la Federación Catarí y con el equipo de Suiza. Cada uno tiene sus peculiaridades porque son culturas diferentes. La mayoría de los integrantes del equipo Catarí son españoles, pero cuando vienen los dueños del equipo tenemos que hacerles cosas especiales. Los suizos son bastante normales en lo que a los gustos se refiere pero los horarios cambian bastante. Estamos muy contentos de trabajar con estos dos equipos.
¿El negocio es familiar?
Sí, trabajamos mi mujer y yo, además de varios ayudantes: en total somos siete. Mi mujer también está vinculada al mundo de las carreras desde hace muchos años, incluso mi hijo que está estudiando se acerca a ayudarnos cuando tiene vacaciones en la escuela. Mi hermano Jose lo subió al podio cuando mi hijo solo tenía unos meses, por lo que también ha vivido el mundo de la competición desde pequeño.
¿Tu familia también ha estado vinculada al mundo de las motos?
Todo viene por ahí. Mi hermano también ha corrido, incluso yo durante quince años. Pero era otra época en la que yo, por ejemplo, regentaba un bar e iba a las carreras (a veces) sin haber disputado los entrenamientos porque no me daba tiempo; terminaba la carrera y volvía al bar porque el domingo por la tarde abríamos.
Y de ahí al Mundial, ¿cómo?
Tenía relación con Quique Peris que ya llevaba algunos años en el equipo de Aspar. Montaron el primer camión para el catering y me lo ofrecieron porque sabían que yo tenía experiencia en la restauración. Yo quería ser mecánico de las motos, pero hacía falta algo de experiencia y demás que yo no tenía y me quedé como responsable del hospital y del equipo Aspar
¿Cuántos fines de semana trabajáis?
Muchos. Te puedo decir que descansamos no más de diez fines de semana al año. No solo estamos aquí: también atendemos al Campeonato de España, la Cuna de Campeones, escuelas de conducción... es un trabajo sacrificado que requiere de muchas horas.
¿Cuál es el lugar más extraño donde has montado el catering?
Me fue muy curioso las primeras veces que fuimos a China porque es un sitio donde a los europeos no nos dejan conducir, donde no te entiendes ni con el idioma ni con la escritura... pero también recuerdo hacer una paella en la República Checa porque en nuestro catering todos los domingos comemos paellas, estemos donde estemos, cosa que los invitados agradecen.
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